Por esta razón, desarrollaron una nueva legislación de la UE para la iluminación nacional (el ecodiseño y el etiquetado) que ha influido fuertemente en el desarrollo del mercado de la iluminación durante los últimos años.
Estos reglamentos establecía requisitos mínimos de rendimiento y un sistema de etiquetado energético para los productos de su ámbito de aplicación. En cuanto a la eficacia de la lámpara (lm/W), el fabricante debe cumplir con una potencia nominal máxima (W) para un flujo luminoso nominal dado (lm).
La eficiencia energética del producto de iluminación se clasifica en clases de eficiencia energética de A a G, siendo A el más eficiente energéticamente, G el menos eficiente. En un intento de mantenerse al día con los avances de LED en eficiencia energética, también se introdujeron los grados A+, A++ y A+++ para los próximos años.
Los niveles para las clases de eficiencia energética se establecen de manera que, la misma tecnología está en la misma clase de eficiencia, de forma independiente si es direccional o una lámpara no direccional.
El etiquetado puede percibirse como la interfaz entre la Directiva de Ecodiseño y el consumidor, ya que ofrece al usuario final información visual sobre el rendimiento de calidad del producto. La nueva etiqueta era necesaria para las luminarias puestas en el mercado a partir del 1 de marzo de 2014 que están destinadas a ser comercializadas a través de un punto de venta.
Es importante destacar que esta etiqueta para luminarias no sólo se refiere a la eficiencia energética de la luminaria, sino que también informa sobre lo siguiente:
1- La empresa que produjo o colocó la luminaria en el mercado.
2- El modelo de la luminaria.
3- Esta figura puede representar el tipo de luminaria, o los muebles donde está incorporado.
4- Indica con qué lámparas es compatible la luminaria y/o si contiene LED.
5- Indica si contiene una lámpara. En el caso de los LED incorporados, dice si son reemplazables o no.
6- Identificación gráfica de la clase de eficiencia de las lámparas compatibles.